Tras de la vida

Beyond life

Nicolás Herrera

Pintor y escultor

Correo electrónico: nherreradavila@gmail.com

Nicolás Herrera

Oriundo de la parroquia Los Andes, ubicada en la provincia del Carchi, Ecuador, Nicolás Herrera está radicado en la ciudad de Ibarra, en donde desarrolla su obra artística en su casa-taller, que también es un centro cultural y desde el cual se aprecia la zona de la laguna de Yaguarcocha.

La obra de Herrera es reconocida en Ecuador, Perú, Estados Unidos, España, Alemania, China, Suiza, Panamá, México, Colombia, entre otros países. Sus pinturas muestran un mundo de personajes que salen de la mente y de los sueños de este pintor ecuatoriano.

Para llegar al arte, como forma de vida, Herrera estudió primero matemáticas en la Politécnica Nacional, pero más fuerte fue el llamado del arte, al cual se subyugó, y, desde una corriente autodidacta, fue entregándose cada vez más a la pintura y la escultura, a la paleta y los pinceles, al color y las formas.

El camino recorrido por Nicolás Herrera para lograr que su obra artística sea valorada no ha sido fácil, pero el esfuerzo, constancia, sumados al talento, le han llevado a presentar exposiciones individuales y colectivas en galerías tanto dentro como fuera del país. Es así que su trabajo se ha exhibido en Cuenca, Guayaquil, Ibarra, Carchi y Quito, así como en Miami, Madrid, Bayer, Beijing y Santa Marta, entre otras ciudades.

Tras de la vida

Las obras de Nicolás Herrera que se presentan en este número de la revista Estado & comunes constituyen una parte de la serie titulada Tras de la vida, en la cual, como dice su autor, “se dan cita mitos y leyendas, fantasías, delirios, vida y muerte, tiempo, visión y desvarío, esperas, silencios, ataduras y liberaciones, vencimientos y levantamientos del ser humano recreados en estas obras, porque mediante ellas cada uno de nosotros, en nuestra conciencia, fluye creando espacios de meditación. Tragedia y comedia: las dos caratulas del ser humano. El inagotable faltante invariable teatro de nuestra especie. Y en nuestras oquedades mas hondas: el bien y el mal, la inteligencia y la astucia, el poder del amor las soledades, erotismos, sexualidad y muerte. Nuestra breve vida que va apagándose sin rastro, sin pausa ni tiempo queda el mundo poblado, sembrado de estas vivencias”.

De esta serie, el artista señala que “el fin primario del color es abrigar con luz la confirmación de la vida y la revelación de nuestra existencia por medio de la envoltura de la vida, aceptando la vibración de los colores, el ritmo de las formas, todo cuanto en la naturaleza conmueve y transfigura y que se desata en mi intimidad que obedece a las presiones del instinto, hallazgos de la conciencia, meditación acatando las reclamaciones del inconsciente, prototipos e imágenes que advienen sin ser deseadas, pero que obligan a ser expresadas. Trazos y veladuras mágicas palpitan en los lienzos, creando figuras vigorosas, ascendiendo o descendiendo, a los misteriosos espacios de los infinitos humanos”.

Fuente: http://www.nicolasherrera.com/ (adaptación).